Lesión meniscal

LESIÓN MENISCAL: QUÉ ES, CÓMO SE PRODUCE Y TRATAMIENTO

¿Qué es el menisco?

El menisco es una estructura cartilaginosa con forma de lámina que se encuentra en algunas articulaciones del cuerpo y cuya función es amortiguar las cargas para evitar el choque óseo; los más conocidos son los meniscos de la rodilla, dos láminas con forma de herradura que se ubican entre la tibia y el fémur.

¿Cómo se produce una lesión de menisco?

Las lesiones meniscales pueden producirse de forma aguda o en procesos degenerativos: las lesiones agudas suelen aparecer en población joven que practica deportes de contacto (fútbol, rugby…) en los que se realizan cambios direccionales bruscos, generando fuerzas compresivas, rotacionales y de cizalla sobre el menisco que pueden llegar a causar una rotura de sus fibras cartilaginosas.  Por otro lado, las lesiones degenerativas se asocian a personas de edad media-avanzada; los microtraumatismos y las cargas repetitivas que aparecen en sus actividades cotidianas pueden acabar generando un desgaste en el menisco. En ambos casos, el daño en las fibras meniscales suele asociar una pérdida de la función (amortiguación de cargas), que suele derivar en dolor, desgaste óseo y limitación funcional.  

¿Cómo se aborda una lesión meniscal?

El abordaje de las lesiones meniscales (principalmente las de origen degenerativo) se basa en un programa individualizado de fisioterapia. Las lesiones agudas (dependiendo del grado de lesión y de los objetivos del paciente) pueden ser abordables inicialmente por un tratamiento conservador basado en fisioterapia, o se puede optar a la cirugía acompañada de un posterior tratamiento fisioterápico. Dicho tratamiento va a tener como objetivos principales reducir el dolor ocasionado por la lesión, así como restablecer la función para que la persona vuelva a realizar sus actividades cotidianas y/o con normalidad.

¿Qué función tiene el fisioterapeuta en la rehabilitación?

El/la fisioterapeuta establece un programa de educación para que el paciente entienda lo que le sucede, cómo se puede abordar y pueda resolver todas sus dudas. Además, emplea técnicas pasivas como la terapia manual, termoterapia, electroterapia… principalmente para el manejo del dolor, y las combina con un abordaje activo mediante un programa de ejercicio terapéutico individualizado para que se adapte a la persona y a su contexto, con el que consigue mejorar la función del paciente para que pueda retomar su vida previa a la lesión.